“La humillación y...

“La humillación y esclavitud en que me tiene me darían sin duda alguna, y a menudo me la dan, la posibilidad de poder preguntarle sin preámbulos ni miramientos. Ya que soy para ella un esclavo, ya que no existo a sus ojos, no puede ofenderla ni mi descortesía ni mi curiosidad. Si bien es igualmente cierto que aunque me permite que le haga preguntas, ella no las contesta. Muchas veces ni me escucha. Esas son nuestras relaciones”.