"Y ¿cuál puede ser la felicidad fundada sobre la desgracia ajena...

“… Y ¿cuál puede ser la felicidad fundada sobre la desgracia ajena? Imagináis que habéis hallado el secreto de hacer a todos los seres humanos felices, pero que para eso es preciso martirizar a un solo individuo; y aun admitiendo que fuese un ser un poco ridículo, sin nada de shakespiriano, un viejo, un marido, ¿consentiríais en hacer a ese precio la felicidad de la Humanidad? ¿Creéis, por otra parte, que aquellos a los que quisierais hacer dichosos haciendo sufrir a un solo ser consentirían en aceptar semejante dicha?”.

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