“(…) nuestra dieta está hecha de autosuficiencia, celeridad, expediciones, hazañas propias de espíritus veloces, si elige vivir en libertad, aunque pobremente alimentado antes que vivir encadenado en la abundancia. No es grasa lo que quiere obtener de su comida un bailarín, si no energía, elasticidad; y ¿en qué otra cosa sino en un bailarín puede desear convertirse el alma de un filósofo? Su aspiración, su disciplina, su modo de expresión, su comunicación con lo divino… Eso es el baile”.
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