“Era una tarde quieta y tranquila cuando salí a las calles de la hermosa ciudad de...

“Era una tarde quieta y tranquila cuando salí a las calles de la hermosa ciudad de Edina. La agitación y la confusión que reinaban en las calles eran terribles. Los hombres hablaban. Las mujeres chillaban, Los niños se asfixiaban. Los cerdos gruñían. Los carros traqueteaban. Los toros bramaban. Los caballos relinchaban. Las vacas mugían. Los gatos maullaban a coro. Los perros bailaban. ¡Bailaban! ¿Sería posible? ¡Bailaban! Lástima, pensé yo, ¡mis días de bailarina acabaron ya!”.

'Relatos cómicos'
(Del capítulo 'Una situación comprometida')

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