“Habíamos remontado la escalera y ya no quedaban entre nosotros y la cumbre más de tres o cuatro escalones. Seguimos ascendiendo y pronto nos quedó más que un escalón. ¡Un escalón! ¡Un pequeño, un diminuto escalón! ¡Hasta qué punto puede llegar a depender la totalidad de la felicidad o de la miseria humana de un pequeño escalón como ése en la gran escalera de la vida!”.
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