“No podían conseguir que cambiaras tus sentimientos: de hecho, ni tú mismo podías cambiarlos por más que quisieras. Podías averiguar hasta el último detalle de lo que habías hecho, dicho o pensado; pero el interior de tu corazón, cuyo funcionamiento era un misterio para ti, seguía siendo inexpugnable”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario