Slavi Avik Harutyunyan, autor de “El cielo sin pájaros”
“La poesía de hoy tiene que tratar sobre la soledad en el mundo y sobre el dolor”
El poeta armenio habla sobre la guerra y las relaciones humanas en su nuevo libro
Los pájaros, además de animales que surcan el cielo, pueden
llegar a ser ese elemento poético que transporta (probablemente a golpe de ala)
un mensaje de cruda realidad que nos haga reflexionar sobre el mundo que nos
rodea. Eso debió de haber pensado el escritor, guionista, productor de cine y
doctor en filosofía Slavi Avik Harutyunyan, nacido en 1965 en Nagorno-Karabaj y
actualmente residente en Moscú, donde es el director general de la productora
Rusfilm.
Y es que en su nuevo libro, el poemario trilingüe “El cielo sin pájaros”, nos habla de la guerra, que él ha vivido en primera persona, y de un mundo tal vez contradictorio, en el que conviven lo antiguo y lo moderno, y en el que el caos, como el amor y las relaciones humanas, tiene su lugar. Esta obra bien podría suponer una ventana entreabierta a ciertos valores humanos o, mejor dicho, a la interpretación que el autor hace sobre importancia que hoy día se les otorgan. Porque, qué mejor vehículo para hablar sobre ellos que la poesía, a pesar del hecho de que este género no pase por su mejor momento.
Y es que en su nuevo libro, el poemario trilingüe “El cielo sin pájaros”, nos habla de la guerra, que él ha vivido en primera persona, y de un mundo tal vez contradictorio, en el que conviven lo antiguo y lo moderno, y en el que el caos, como el amor y las relaciones humanas, tiene su lugar. Esta obra bien podría suponer una ventana entreabierta a ciertos valores humanos o, mejor dicho, a la interpretación que el autor hace sobre importancia que hoy día se les otorgan. Porque, qué mejor vehículo para hablar sobre ellos que la poesía, a pesar del hecho de que este género no pase por su mejor momento.
¿Cree que la poesía goza de popularidad hoy día?
Quizá al contrario, creo que la poesía no goza de
popularidad hoy en día. En las últimas décadas todo ha cambiado tan rápido en
nuestro entorno, que no nos da tiempo a fijarnos en los valores humanos
básicos. Este nuevo progreso técnico de montaje, si lo quiere, nos da un pensamiento informativo.
Y la gente lee poco, conformándose con los valores universales transformados.
Pienso que las artes de masas de la estética de telenovelas por un lado
satisfacen a la gente, como la droga, y por el otro, el destinatario se ha
quedado solitario entre las garras de esta droga.
¿Qué cree que puede aportar la poesía a todo aquel que la lea?
Los lectores suelen ser diferentes. Voy a concluir lo que
decía antes, en estos tiempos en los que todo cambia tan rápido, la poesía
tampoco es estable. Existen varias ideas; se queda en su base el significado
original de lo que representa el mundo interior humano, pero sufre cambios de
género. El tiempo, además de punto gramatical, lo considero también una
categoría cultural, que así mismo se basa en el componente espacial. Por mucho
que se intente formar un campo de valores iguales en nuestro planeta, las
distintas culturas y las sociedades nacionales siguen siendo diferentes. La
poesía hace tiempo que se ha alejado del “campo íntimo” del individuo y se ha
trasladado al campo cultural, y la cultura se destruye delante de nuestros
ojos. Hay otro problema; la teoría literaria sigue siendo antigua, basada en postulados
antiguos, o bien hace un trabajo de publicidad literaria. En este caso, mi
imaginación sobre la poesía es la palabra misma, debido a que la palabra,
teniendo valores nominales, se utiliza desde el principio como material
principal de intercambio de información. Pero a diferencia de los textos
prácticos diarios, la poesía tiene que ser única, muy apropiada a su línea o su
texto, viva, con latidos. En caso contrario, la poesía se disolverá en las
páginas de Facebook y en los aforismos.
¿Qué aspectos de la vida de una persona considera usted que
no pueden ser llenados por la ciencia?
En realidad los suplementos de la ciencia perjudican a la
humanidad más de lo que la benefician. En ese sentido, no creo que después de la
lavadora haya habido muchos logros importantes para la humanidad. Se cambia el
cuadro de los mecanismos perceptores, pero el hombre como especie genómica sigue
siendo el mismo; tiene sus emociones, su campo sexual e íntimo, el problema de
la creación de su propio “yo” y su importancia, su instinto de autodefensa… La
solución de estos problemas es más propensa a encontrarse en la literatura, en el
arte, que la ciencia.
¿Cree que los escritores pueden aportar algo a la ciencia?
¿Piensa que escritores como Dostoievski ya le han podido aportar algo?
Dostoievski en sus obras ya hablaba de la velocidad de la
luz cuando muy pocos físicos hablaban sobre eso. Pero además nos dio otra cosa;
toda una gama de relaciones humanas, por eso Einstein decía que había aprendido
más de Dostoievski que de la física teórica. Las leyes de la ciencia y todo lo relacionado
con la sociedad, ya sea científica o natural, tienen muchas cosas en común. Esto
también lo adivinaron autores como Goethe, Cervantes, etc. Hoy no es necesario
ir a vivir en Rusia para poder entender lo que significa una idea rusa.
Dostoievski, con sus obras, no solo nos ha transmitido la psicología nacional,
sino también el estudio antropológico a nivel molecular. En este sentido no
solo ha sido orientativo para la ciencia, sino también para los politólogos actuales,
que por desgracia o no leen libros o bien no los entienden, creyendo que con
algunas sanciones pueden llegar a cambiar algo. Seguro que algo cambia delante
de nuestras narices, pero como mucho esto puede ser el fantasma de las nuevas
guerras, no lo que habíamos pensado.
¿Hace usted poesía en prosa de manera intencionada o es
resultado de la traducción?
El libro original no sólo está en prosa sino que, es más, tampoco
tiene signos de puntuación. Los traductores del libro y el editor temían que el
lector no pudiera comprenderlo bien, por eso los pusieron. Por tanto, yo
considero que la poesía hace mucho que salió de su aspecto “original”. No solo
se ha disuelto en distintas formas de género, sino que también forma parte de
la vida normal y cotidiana. Es decir, la definición de la poesía de hoy no solo
tiene en cuenta su forma rítmica, sino también la estructura del texto poético
dramático, la proporción del texto poético con cientos de hilos transparentes,
y esto puede ser tanto como la forma narrativa que ha aparecido repentinamente en
el documental.
¿Qué trata de transmitir con su poesía y con la manera en la
que la hace en “El cielo sin pájaros”; imágenes, sensaciones, sentimientos…?
¿Tiene algo que ver con su idea de caos?
La poesía es una subsanación, nos rodea y está en todas
partes. Trabajamos, sonreímos, estamos “coordinados” en la sociedad, conocemos
el bien y el mal, el comportamiento correcto y el falso. Con esto conseguimos
tener éxito, al parecer. Este es nuestro lado aparente. Pero también tenemos un
lado invisible, donde no llevamos maquillaje y lloramos por las noches
abrazados a la almohada. La poesía de hoy tiene que tratar sobre la soledad en
el mundo y sobre el dolor. Y la proporción natural tiene que ser la forma de
arreglar el caos.
¿Qué proporción atribuye al amor y al odio dentro de esta
obra? ¿Y a aspectos antiguos y modernos? ¿Tiene algo que ver con los pájaros
que, además de estar presentes en el título de su obra, tienen una presencia
recurrente dentro de ella?
El amor, el odio, la lucha, son categorías biológicas, no
han sido adquiridas. Es decir, todo esto está en nuestros sentimientos
originales. En fin, el sentido de vivir en este mundo es la felicidad. Todo lo
que nos rodea o bien nos impide o bien nos ayuda ser felices en la vida. El
hombre ha nacido para soñar, amar y volar, pero el cielo está vacío… Es decir,
el tiempo vivido en este planeta es nuestro tiempo para volar, para seguir
siendo humanos ante el dolor, la conspiración. De ahí las alas del hombre, el
sistema perceptivo tiene que ser fuerte y profundo… El odio a veces nace por
una inadecuada percepción de la situación. Tenemos que aprender vivir como las aves,
así conseguiremos una menor proporción de odio. En los códigos originales de
las personas y también de las aves existe el sacrificio, el sacrificio por
salvar a los suyos. Esto todavía se mantiene en nosotros, es simplemente que el
sistema de civilización lo ha enterrado en las cenizas.
¿Las experiencias sobre la guerra que retrata en sus poemas
son suyas? ¿Es usted ese al que Karen o Vito llaman 'Escritor'?
Empezaré por otro lado. Por muy raro que parezca, en nuestra
época postmodernista la poesía tiene un texto más abierto en comparación con la
prosa. Ya no hablo del cine, en el que, aunque se actualice, por lo menos tenemos
“estructuras cerradas”. El género narrativo conserva el centro de la
perspectiva de Nietzsche (lo llaman circulo famoso), más que la poesía.
En el cine existen fotogramas (edema) y cadres operativos
(kadema), estos son cadres operativos y de montaje. El operador aparece en la
escena y filma sobre una realidad que no representa la realidad en absoluto.
Más tarde esa filmación se corrige y se presenta otra realidad al espectador. Y
el espectador percibe la producción definitiva por su propia experiencia. Se
trata de una realidad de triple estructura, incluso cuádruple si añadimos la
compresión.
En el caso de poesía, faltan muchos episodios; tienen que
ser muchos porque esto no es una estructura cerrada. Es decir, incluso si
hubiera estado personalmente en esa situación, Karen y Vito son personajes
reales, son tan reales como “los marcos operativos”. A partir del siguiente
instante se quedan fuera de la realidad, para ser más exacto, son otra realidad
que podemos llamar cronotopo artístico (el autor de este término es el teórico
ruso Mijaíl Bajtín).
¿Cuál es la peor situación que ha vivido usted durante la guerra?
Lo peor, quizá, es la guerra misma. Las coordinaciones universales no siempre son exactas. Para mí personalmente, lo peor sucede antes de acceder al ambiente de combate. Es un momento psicológico. En cuanto accedas a él, los disparos de la artillería y la muerte se convierten en situaciones sencillas, cosas que pasan cada día. Y aún es peor cuando sales de allí. Salir no es lo mismo que entrar, porque te acostumbras y te pones a luchar. La salida se convierte en años caóticos, que quizá se prolonguen por el resto de tu vida.
¿Cuál es la peor situación que ha vivido usted durante la guerra?
Lo peor, quizá, es la guerra misma. Las coordinaciones universales no siempre son exactas. Para mí personalmente, lo peor sucede antes de acceder al ambiente de combate. Es un momento psicológico. En cuanto accedas a él, los disparos de la artillería y la muerte se convierten en situaciones sencillas, cosas que pasan cada día. Y aún es peor cuando sales de allí. Salir no es lo mismo que entrar, porque te acostumbras y te pones a luchar. La salida se convierte en años caóticos, que quizá se prolonguen por el resto de tu vida.
¿Qué significado le da usted a la guerra?
Las guerras no dependen de nosotros. Las guerras nos visten
de buenos trajes, camisetas blancas, corbatas de marca, hombres sonrientes…
Ellos saben perfectamente que una percepción inadecuada para los simples
mortales provoca un odio hacia otra religión o hacia las personas de otra raza.
Esta es la forma humana. Para mantenerse humano hay que atravesar pérdidas, desastres,
y desgraciadamente guerras. ¿Hasta cuándo? No lo sé. Solo Dios lo sabe.
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