“¡Oh, soledad! ¡Mi patria soledad! ¡Cuán cariñosa e inefablemente me habla tu voz!...

“¡Oh, soledad! ¡Mi patria soledad! ¡Cuán cariñosa e inefablemente me habla tu voz!
¡No nos hacemos preguntas, no nos recriminamos, sino que con el corazón y el alma abiertos pasamos juntos por puertas abiertas!”.

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