“A veces, llegaba en su lenguaje primitivo, sencillo, ajeno a toda ciencia, a anunciar verdades tan profundas, que yo me quedaba estupefacto y no podía comprender cómo adivinaba todo aquello sin haber leído ni estudiado nunca nada; y le debo mucho de mi propio perfeccionamiento a causa de haber seguido sus consejos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario