“La joven princesa había querido escribirme también y había afirmado, hasta el último momento...

“(…) la joven princesa había querido escribirme también y había afirmado, hasta el último momento, que escribiría su carta; pero le había dejado partir con las manos vacías, rogándole que me comunicara que no tenía absolutamente nada que contarme, que en una carta no se podía decir nada, que había inutilizado cinco hojas de papel y las había roto, y por último, que se requería reanudar una amistad para mantener su correspondencia”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario