“-Perdóneme por haber sido tan mala hoy -repuse con emoción-; pero de veras me siento indispuesta. ¿Quiere usted dejarme que me retire a mi cuarto?
-Somos todos unos niños –notó ella, esbozando una tímida sonrisa-. Yo también soy una niña, y aún más niña que tú. Vete, cuídate, y sobre todo, no te enfades conmigo…”.
-Somos todos unos niños –notó ella, esbozando una tímida sonrisa-. Yo también soy una niña, y aún más niña que tú. Vete, cuídate, y sobre todo, no te enfades conmigo…”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario