“Y tornaba a retorcerse las manos desesperadamente… Después se acercó a mí y me abrazó con pasión…
“Y tornaba a retorcerse las manos desesperadamente… Después se acercó a mí y me abrazó con pasión… Me besaba las manos, las mojaba con sus lágrimas y me suplicaba que le perdonara… Nunca he presenciado un sufrimiento semejante”.
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