“Cuando pasamos sobre el puente oscuro su cara lívida cayó lánguida sobre el hombro de mi chaqueta...

“Cuando pasamos sobre el puente oscuro su cara lívida cayó lánguida sobre el hombro de mi chaqueta y con la tranquilizadora presión de su mano, el formidable golpe de los treinta falleció en la distancia. Entonces, en un atardecer cada vez más fresco, seguimos nuestro viaje hacia la muerte”.

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