“Dígame: ¿no lamenta el no haberme rechazado desde el principio, como hubiesen hecho las demás mujeres?...

“Dígame: ¿no lamenta el no haberme rechazado desde el principio, como hubiesen hecho las demás mujeres? Con sólo un momento de conversación me ha hecho usted dichoso. Sí, dichoso. Me ha reconciliado conmigo mismo, ha resulto mis dudas…”.

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