“Ahora [, mi patria soledad,] amenázame con el índice en alto, como hacen las madres; ahora sonríeme, como sonríen las madres; ahora dime: ¿Y quién me abandonó un día impetuosamente como un vendaval?Dondequiera que encontrara vida, encontré la voluntad de poder; y aun en la voluntad del servidor encontré la voluntad de ser amo”.
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