“¡Quién sabe!... Acaso me interesara por él porque era muy extraño...

“¡Quién sabe!... Acaso me interesara por él porque era muy extraño en su aspecto mismo y no tan severo ni tan sombrío como mamá, porque estaba casi loco y a menudo se manifestaban en él la bufonada y las maneras infantiles y porque, en una palabra, sentía menos miedo y menos respeto hacia él que hacia mamá. Se parecía más a mí”.

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