“Y sin embargo, tenía...

“Y sin embargo, tenía una gran tolerancia para con los demás, admirando a veces, casi con envidia, la poderosa vitalidad que suponían las malas acciones ajenas; y, por supuesto en un aprieto, se inclinaba por la ayuda antes que por la condena. ‘Respeto -solía decir- la herejía de Caín; permito que mi hermano se arroje al diablo por el camino que más le guste’. Por eso tenía casi siempre la fortuna de ser la postrera amistad honrosa y la última buena influencia den la vida de los que se precipitaban al abismo y a los que, mientras continuaban visitándolo, trataba siempre de la misma manera”.

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