“La Duquesa de Dios-me-Bendiga estaba posando para su retrato; el Marqués de Esto-y-lo-Otro cuidaba del perrito de lanas de la Duquesa; el conde de Esto-y-Aquello jugueteaba con sus sales, y su Alteza Real del Mírame-y-No-me-Toques estaba recostada contra el respaldo de su silla”.
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