“-¿Recuerdas -preguntó- el zorzal que cantó para nosotros el primer día, en el lindero del bosque?
-No cantó para nosotros -objetó Julia-. Cantaba porque le apetecía. Ni siquiera eso. Cantaba sin más”.
-No cantó para nosotros -objetó Julia-. Cantaba porque le apetecía. Ni siquiera eso. Cantaba sin más”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario