“Así habló Zaratustra. Y durante toda la noche esperó su infortunio, pero en vano...

“Así habló Zaratustra. Y durante toda la noche esperó su infortunio, pero en vano. La noche continuó siendo clara y silenciosa y la felicidad misma se le acercó más y más. Y hacia la madrugada Zaratustra se rio para sus adentros y dijo con aire burlón: «La felicidad corre tras de mí. Es que yo no corro tras las mujeres; y la felicidad es mujer»”.

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