“Por aquella época, un día, después de la lección, comenzó a contarme un cuento. Era el primer cuento que yo escuchaba. Estaba encantada de oírle. Ardía en impaciencia, aguardando la continuación del relato; me sentía transportada a otro mundo, escuchándolo, y cuando la historia hubo terminado, me quedé entusiasmada”.
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